A partir del procedimiento que ungió a Claudia Sheinbaum como defensora de la cuarta transformación, ergo, la candidata de la coalición juntos haremos historia, la dirigencia de Morena y las élites del partido se vieron en la necesidad de hacer cambios a la convocatoria con la que se seleccionarán a los perfiles que competirán por las 9 gobernaturas en juego el próximo año.

El proceso de encuestas diseñado por Andrés Manuel Lopez Obrador con el que se otorgan las candidaturas y el que hacía ver como un innovador demócrata, envejeció siendo un infante aportando división y envidias al interior de su partido político.

Y a raíz de las “encuestas” donde el “pueblo bueno”, “eligió” a Claudia como “la ideal” para “defender” la cuarta “transformación” de México, el “partido” tuvo que recular sobre el las formas para elegir ahora a los defensores de la transformación en los estados.

Con la finalidad de aminorar la división que provocarán las desiciones de Palacio Nacional y la voluntad de las tribus representadas en los comités estatales, la cúpula del partido resolvió los siguientes cambios.

El primero, simula brindarle a los comités estatales la facultad de proponer personajes para ocupar las candidaturas, sin embargo el comité ejecutivo nacional podrá proponer los propios en el caso de que las propuestas resulten muy aldeanas.

El segundo, nadie deberá abandonar sus cargos y sus encargos para evitar que los perdedores tengan un doble coraje, uno por no ser seleccionado y otro por perder su actual hueso.

Para evitar disparidades en la lucha, no será permitido el uso de anuncios espectaculares. Motivo por el cual, aquellos aventajados que durante más de 90 días se promocionaron con la bendición del partido y de la autoridad electoral ya no podrán hacerlo para equilibrar la competencia con aquellos que no pudieron acceder a esta clase de promocionales.

Para evitar suspicacias, las casas encuestadoras encargadas del proceso serán designadas en la Ciudad de México y no habrá encuestas espejo que pongan en duda él desempeño y resultado que se obtenga.

Continúa la regla de no debatir y no desprestigiarse entre aspirantes.

Se engrosan los acuerdos a firmar para respetar los resultados de la encuesta.

Los perdedores que se subordinen tendrán espacio con los ganadores para afrontar la campaña.

En fin, algo preocupa en Palacio Nacional que se están sacrificando las contribuciones a la democracia aportadas por el presidente al proceso democrático de su partido.

En aproximadamente un mes, debemos revisar, ya con los candidatos definidos ¿cuántos de estos vienen a sugerencia de los partidos en los estados? ¿Cuántos vienen palomeados por el oficialismo? ¿Cuántos serán cuotas a los partidos integrantes de la alianza por su servicio?