A reserva de lo que pase este día jueves 28 de septiembre cuando el dueño y dirigente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado dé un mensaje referente a la metodología para la selección.
El partido naranja y del niño que canta, vive horas de mucha presión, previo a los trabajos para el proceso 2024.
Movimiento Ciudadano solo tiene 4 bastiones competitivos en México y vamos a ir desmembrando uno por uno:
CDMX donde no hay trabajo partidista, solo hay nombres conocidos que se consolidaron para ser una tercera opción y solo en ciertos casos les funcionó la fórmula.
Campeche, donde medianamente se tiene una base competitiva pero no le alcanzó para ganarle a Layda Sansores, repito, entrecomillo y subrayo “LAYDA SANSORES”.
Jalisco, ahí si hay trabajo partidista, gobierno, dinero, nombres, movilización y la estructura de una atroz iglesia, familias guardianas, porros universitarios, sectas y sectarios.
Nuevo León, ahí hay gobierno, pero hagamos un poco de memoria aquí y en Jalisco.
En Jalisco los grupos políticos, de choque, económicos, criminales y de poder han existido toda la vida, han trabajado con el PRI ya con el PAN, hartos de la mediocridad y los incumplimientos encontraron en MC quien los cuide y represente. Dante los cobijó y brindó la marca, pero en las últimas semanas el Gobernador Alfaro le demostró a México que en la entidad el manda y que con dirigencia y sin marca a el le dan las cuentas perfecto para poner al siguiente gobernador, cabildos, diputados locales, federales, senado, jefes de manzana y asociación de padres de familia. También le alcanza para que sobreviva el partido y hasta para hacer ganar a Xóchitl si así lo decide y por si fuera poco le alcanza para comprar impunidad, perdón y clemencia por los siguientes 20 años de ser necesario.
En pocas palabras Jalisco ya no es de MC y van a jugar al juego que quiere Alfaro, no al de López, no al de Dante.
En el nuevo Nuevo León la cosa es diferente, ahí hay gobierno, el de un chamaco político y facturero casado con la popular. Sin embargo, desde lo alto Samuel pierde de vista que él llegó al poder por una pifia de MORENA en el estado.
Samuel subió de un cuarto lugar a ganar la gubernatura por la caída de Clara Luz por sus relaciones con un grupo internacional de tratantes, por la mediocre oferta de PRI y PAN, por el acuerdo del alto empresariado que tiene sede en San Pedro Garza García y por el poder de convocatoria y gracia de su esposa.
Dos años bastaron para que Samuel viva el peor momento de aprobación, se perciba como esquirol de López Obrador, luzca como un autoritario e incompetente (justo como AMLO), tenga enconos con la Fiscalía del Estado, tenga que buscar amparos para toda su familia, sea el enemigo de las mayorías en el congreso local y su esposa esté desdibujada de las redes sociales.
Con todo lo descrito y con la ausencia de Movimiento Ciudadano en las elecciones de Coahuila y Estado de México que lo exhibieron como un partido que ni el 3% de la votación podría obtener, sabemos Dante Delgado quien se asume como segunda fuerza política nacional, no trae nada.
Dante, cómplice de López Obrador, creyó que el disfrazarse de opositor y dejar a la vieja política envejecer sería suficiente para hacer crecer políticamente a su instituto. Durmió 6 años y no alimentó a la masa, no forjó cuadros, no construyó estructura, no hizo tierra ni territorio.
Hoy MC no tiene nada que ofrecer a México (nunca lo tuvo) pero tampoco tiene nada que ofrecer a López.
Si arropa a Marcelo, MORENA se vería afectado, además de que sería incongruente recoger el cascajo de otro partido y tratar de reconocerse como segunda fuerza política (no hay segunda fuerza sin cuadros, perfiles ni militancia) y si lanza a Samuel pierde muy seguramente su último bastión.
MC no trae nada.
